Qué necesitas:
- Cuatro patatas,
- Un puerro y un trocito de cebolla,
- Un diente de ajo pequeño,
- Una rebanada de pan duro,
- Medio libro de agua con un trocito de pastilla de caldo de pollo,
- Una hoja de laurel pequeña,
- Un poco de pimienta molida, una pizca de curry (si tienes le da un sabor muy rico) y sal.
- dos cucharadas de aceite de oliva.
Cómo prepararlo:
- Pela y corta la cebolla y el puerro (la parte blanca) en rodajas, junto con el ajo ya pelado,
- En una cacerola echa el aceite y saltea las verduras y cuando estén doradas ( o transparentes) echa el agua o caldo y las patatas peladas y cortadas en dados, el laurel y el curry y una pizca de sal,
- Cuando el caldo comience a hervir, deja que se cueza durante unos 20 minutos aproximadamente, o hasta que la patata esté blanda,
- Quita la hoja de laurel, y tritura en la batidora, hasta dejar sin grumos,
- Mientras tanto corta el pan en cuadraditos y fríe en aceite muy caliente, o ponlos al horno y tuesta,
- Échalos a la crema calentita antes de servir, (yo le llamo a esto coscorrones),
- También puedes echarle unas tiras de jamón serrano fritas o tostadas.
El puerro es diurético y las patatas, a pesar de su mala fama de engordar, resulta muy digestiva y sana.
La patata: Hervida o cocida en puré es ideal para personas que tienen problemas gástricos. Favorecen la eliminación de toxinas. Nos aportan mucha energía, por lo que son apropiadas para deportistas o personas que realizan trabajos físicos. Son ricas en potasio, y si se cuecen sin sal ayudan a eliminar líquidos.
Para uso externo también son apropiadas, porque ralladas o en puré sirven como cremas.
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